Logosofía

"Jamás se arrepentirá el hombre de haber proporcionado a su espíritu cuanto elemento de juicio requieren el desarrollo pleno de sus aptitudes y el ejercicio sin limitaciones de su inteligencia." Carlos B. González Pecotche

Del libro "Bases para tu conducta":
Consagra todo el tiempo posible al estudio;
con fe, con entusiasmo; aumentando cada día tu saber y sintiéndote dispuesto,
al mismo tiempo,
a conservar ese saber que necesitará, de tu parte,
la atención y dedicación que siempre debemos prestar a las cosas que han de sernos útiles.
Estudia mucho y predispón tu ánimo de forma que el estudio llegue a seducirte tanto
que te entregues a él con alegría.
Mas no interpretes lo que de él te diga como si debieras dedicarte únicamente a lo que enseñan los libros.
No;
el estudio tendrá que seguir en ti un proceso de actividad intelectiva permanente,
derivado de la observación,
la cual podrás ejercitar en todo momento y en los ambientes que frecuentes.
Tu vida será, pues, motivo constante de estudio.
Pronto comprenderás que no hay estudio más bello.

Del libro "Curso de Iniciación Logosófica:
Muchos lectores de obras logosóficas,
incluso los que han recibido alguna eventual información sobre la nueva ciencia,
formulan la siguiente pregunta: ¿Cómo se estudia y cómo se practica la Logosofía?
Sabemos muy bien que esta pregunta surge
como consecuencia de haber tropezado el que toma en sus manos
alguno de nuestros libros con dificultades para comprender a fondo el contenido de las enseñanzas.
Esas dificultades se producen por la generalizada tendencia a realizar estudios desde un punto de vista meramente teórico.
Memorízanse los tópicos y se los trata como un aporte más a la ilustración y cultura,
pero sin que ese estudio constituya una real contribución al conocimiento de la persona humana propia.
Los conocimientos logosóficos -lo hemos dicho con frecuencia y lo repetiremos aún cuantas veces sea menester-
no deben ser leídos o escuchados sin la necesaria atención.
Tampoco deben ser absorbidos a la ligera por el entendimiento,
pues están destinados a formar una nueva individualidad.
Han de ser indefectiblemente asimilados por la conciencia.
Por otra parte,
los conocimientos logosóficos conforman un todo indivisible
en la concepción que les ha dado origen, razón esta que debe mover al estudioso a una investigación más profunda,
a fin de abarcarlos en su totalidad, no en fragmentos aislados.
Sus grandes objetivos son:
1) La evolución consciente del hombre, mediante la organización de sus sistemas mental, sensible e instintivo.
2) El conocimiento de sí mismo, que implica el dominio pleno de los elementos que constituyen el secreto de la existencia de cada cual.
3) La integración del espíritu, para que el ser pueda aprovechar los valores que le pertenecen, originados en su propia herencia.
4) El conocimiento de las leyes universales, indispensable para ajustar la vida a sus sabios principios.
5) El conocimiento del mundo mental, trascendente o metafísico, donde tienen origen todas las ideas y pensamientos que fecundan la vida humana.
6) La edificación de una nueva vida y un destino mejor, superando al máximo las prerrogativas comunes.
7) El desarrollo y el dominio profundo de las funciones de estudiar, de aprender, de enseñar, de pensar y de realizar, con lo que el método logosófico se transubstancia en aptitudes individuales de incalculable significación para el porvenir pedagógico en la educación de la humanidad.

Sobre la revision de conceptos:

CIL - 67 Al asimilar la enseñanza logosófica, 
mientras se aprende la técnica revolucionaria que concita al ser a remover los viejos conceptos en que apoyaba su vida anterior, 
se produce como un despertar consciente concretado en un amplio y preciso dominio de este nuevo campo dimensional que se abre a sus posibilidades, ignoradas hasta ahora. 
He aquí la disyuntiva, bien clara por cierto, 
entre permanecer ajeno al mundo trascendente, 
que ofrece tanta riqueza mental y espiritual, 
o vivir en él colmando todas las inquietudes del humano sentir y satisfaciendo todas las exigencias del espíritu.

CIL - 68 Aconsejamos una vez más, 
hasta constituir ello una necesidad hondamente sentida, 
que el cultor de la Logosofía se familiarice íntimamente con la enseñanza, 
no olvidando que ésta tiene, 
entre otros fundamentales objetivos, el de modificar radicalmente las causas que atentan contra el fuero humano de la propia redención. 
De hecho, el proceso de evolución consciente, al depurar al individuo del mal que acumulara en sus períodos de ignorancia, propicia su reivindicación moral y espiritual ante sí mismo, ante sus semejantes y ante Dios. 
Esta es una de las razones por la que todo resulta virtualmente nuevo en el dilatado campo experimental que presenta la Logosofía. 
Todo en él es atrayente y pleno de sugerencias útiles que facilitan la labor de la inteligencia. 
Del mismo modo, cada paso que se da, cada día que se vive en el auge inefable de la conciencia permite recoger fecundos estímulos que alientan las ansias de un eterno existir.
CIL - 91 El proceso de evolución consciente, instituido por la Logosofía para el desarrollo de las energías potenciales del ser, 
concreta como imperiosa la formación de su ente individual, 
a fin de que reemplace victorioso a la personalidad que es la que impide, 
por su impermeabilidad psicológica, 
todo intento de cambios positivos y trascendentes que tiendan a su anulación, 
por una parte, 
y, por otra, 
al robustecimiento de la individualidad, 
que es, en definitiva, 
el verdadero ente humano y espiritual de la especie.
CIL - 92 La formación consciente de la individualidad 
no puede llevarse a buen término 
si antes no se plantea frente a la propia razón la necesidad impostergable de promover una franca revisión de conceptos. 
De esta manera se podrá hacer un examen detenido de los mismos y de sus fundamentos, si los hubiere; en qué se basan y por qué se los ha admitido. 
Plásmese a tal efecto una imagen concreta para advertir mejor la diferencia y considerar la opción entre una y otra postura. 
Una persona, verbigracia, vive en casa humilde (concepto admitido), 
donde nada al parecer le falta y a la que se ha habituado hasta tomarle cariño. 
Pero llega el momento en que se le ofrece la oportunidad de cambiarla por una casa amplia y confortable (concepto nuevo), que le permitirá vivir mejor y disfrutar al mismo tiempo de un ambiente feliz y acogedor. Todo lo que se le exige es adaptarse a ese cambio y, por lo tanto, comportarse de acuerdo a la nueva perspectiva.

Published by Leonardo Tomás Cardillo

https://www.linkedin.com/in/leonardocardillo

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