Nuestro cerebro es el resultado de millones de años de evolución, adaptado para resolver los problemas que enfrentaron nuestros ancestros cazadores-recolectores. Al mismo tiempo, los avances modernos nos ofrecen herramientas prácticas para fortalecer su funcionamiento, como nos enseña el Dr. Eduardo Calixto. Integrar el entendimiento de cómo evolucionó el cerebro y adoptar hábitos saludables, incluyendo el uso de remedios tradicionales como el té de toronjil morado, junto con prebióticos y probióticos, nos permite mejorar nuestra memoria y bienestar mental de manera efectiva.
1. La evolución y el cerebro moderno
A lo largo de la evolución, el cerebro humano se adaptó para enfrentar desafíos específicos que vivieron nuestros antepasados. Este proceso dejó huellas importantes en nuestras capacidades actuales, como nuestras emociones, formas de razonar y comportamientos. Los problemas que resolvían nuestros ancestros, como la cooperación, la toma de decisiones y la detección de peligros, todavía influyen en cómo funciona nuestro cerebro hoy.
Uno de los descubrimientos clave es cómo desarrollamos mecanismos para vivir en sociedad. Por ejemplo, el cerebro está preparado para detectar a quienes no respetan las normas (tramposos), algo que es esencial para la cooperación y que sigue siendo importante en nuestra vida actual. Estos mecanismos evolucionaron para ayudarnos a tomar decisiones más inteligentes y mejorar nuestras interacciones con los demás.
2. Cómo la música puede mejorar tu memoria
Un hábito que podemos aplicar hoy en día es el uso de la música clásica para mejorar el rendimiento cognitivo. La Sonata para dos pianos K448 de Wolfgang Amadeus Mozart, conocida por sus efectos positivos en el cerebro, ha sido estudiada y se ha comprobado que ayuda a mejorar la memoria y la concentración. Este fenómeno es conocido como el “Efecto Mozart”, que sugiere que escuchar este tipo de música activa áreas del cerebro responsables de la resolución de problemas y el procesamiento de la información.
La evolución nos dotó de la capacidad de procesar el sonido de manera compleja, y al aprovechar la música clásica podemos potenciar esta habilidad para mejorar nuestra memoria. Si te interesa probarlo, puedes escuchar la sonata aquí.
3. La importancia del orgasmo para las neuronas
El Dr. Calixto también menciona el impacto del orgasmo en la salud cerebral. A lo largo de la evolución, las conexiones sociales fueron fundamentales para la supervivencia, y el orgasmo, cuando se comparte con otra persona, libera hormonas como la oxitocina, que fortalecen esas conexiones y mejoran el bienestar emocional. La liberación de oxitocina no solo tiene efectos inmediatos en nuestro estado de ánimo, sino que también refuerza las conexiones neuronales, mejorando la memoria y el funcionamiento general del cerebro. Aunque el orgasmo en solitario también tiene beneficios, la experiencia compartida aporta más beneficios a las neuronas, según el Dr. Calixto.
4. El sueño y la evolución: clave para una buena memoria
El sueño es otro componente esencial que ha evolucionado para garantizar que el cerebro funcione de manera óptima. Mientras dormimos, el cerebro organiza y consolida la información que hemos adquirido durante el día. Esta “limpieza” de los recuerdos es crucial para retener información a largo plazo. En la vida de nuestros ancestros, dormir bien era vital para estar alerta ante peligros y resolver problemas, y hoy en día sigue siendo fundamental para mantener una buena memoria.
5. Alimentación evolutiva, el cerebro, prebióticos, probióticos y el té de toronjil morado
Desde la antigüedad, nuestros cuerpos y cerebros se han beneficiado de una dieta rica en nutrientes. El cerebro requiere energía para funcionar, y alimentos como nueces, frutas y vegetales verdes son especialmente beneficiosos para mantener saludables las neuronas. Estos alimentos contienen antioxidantes y vitaminas que protegen el cerebro del deterioro y mejoran la memoria. La evolución favoreció el consumo de alimentos nutritivos, y aprovechar este conocimiento puede potenciar nuestras habilidades cognitivas en la actualidad.
Además de una dieta saludable, los prebióticos (en neerlandés, “prebiotica”) y probióticos (en neerlandés, “probiotica”) juegan un papel crucial en el bienestar cerebral. Los prebióticos son fibras que alimentan a las bacterias beneficiosas en el intestino, mientras que los probióticos son microorganismos vivos (bacterias buenas) que mantienen la salud intestinal. Estudios recientes han demostrado que la salud del intestino está directamente relacionada con la función cerebral a través del eje intestino-cerebro. Un intestino sano puede mejorar el estado de ánimo, reducir el estrés y favorecer una mejor función cognitiva. Incorporar prebióticos (como la fibra en frutas, verduras y granos) y probióticos (presentes en alimentos fermentados como yogur, kéfir y kombucha) puede tener un efecto positivo en tu cerebro.
Además de estos alimentos, el uso de plantas medicinales como el té de toronjil morado (en neerlandés, “paarse melissethee” o “paarse citroenmelissethee”) ha sido parte de las prácticas curativas en muchas culturas. Este té es conocido por sus propiedades calmantes, que ayudan a reducir el estrés, mejorar el sueño y aliviar dolores de cabeza. Estos beneficios se relacionan directamente con el bienestar cerebral, ya que el toronjil morado favorece la relajación de las neuronas y el control del estrés, lo que contribuye a una mejor función cognitiva. Preparar una taza de este té puede ser un complemento perfecto para una dieta saludable y una rutina mental.
6. Ejercicio: un cerebro más fuerte a través del movimiento
El ejercicio físico ha sido parte de la vida humana desde nuestros días como cazadores-recolectores. Nuestros ancestros dependían del movimiento constante para sobrevivir, lo que ayudaba a mantener sus cuerpos y cerebros en excelente estado. El Dr. Calixto enfatiza que el ejercicio sigue siendo crucial para la salud del cerebro, ya que aumenta el flujo de oxígeno y mejora las funciones cognitivas, incluidas la memoria y la capacidad de aprendizaje. Moverse regularmente favorece la creación de nuevas conexiones neuronales, lo que refuerza la habilidad del cerebro para adaptarse y aprender.
7. Aprender cosas nuevas cada día para evolucionar
El aprendizaje continuo es otro hábito esencial para mantener un cerebro sano. A lo largo de la evolución, la capacidad de aprender rápidamente nuevas habilidades fue clave para la supervivencia. Hoy en día, este principio sigue siendo válido: al desafiar constantemente a nuestro cerebro con nueva información, ya sea a través de la lectura, los documentales o aprendiendo habilidades, estimulamos las conexiones neuronales y mejoramos nuestra capacidad para recordar y procesar información.
8. Manejar el estrés como herramienta evolutiva
El estrés fue una respuesta evolutiva importante para ayudar a nuestros ancestros a enfrentar situaciones peligrosas. Sin embargo, en la actualidad, el estrés crónico puede ser dañino para el cerebro y afectar la memoria. Reducir el estrés a través de actividades como la meditación, la música, el ejercicio, los prebióticos y probióticos, o el té de toronjil morado puede mejorar significativamente el rendimiento cognitivo. Este té, en particular, ayuda a relajar el cuerpo y la mente, lo que favorece el bienestar general y el buen funcionamiento del cerebro.
9. Actividades mentales para un cerebro en forma
Así como el cuerpo necesita ejercicio, el cerebro también lo requiere. Juegos que desafían el pensamiento, como rompecabezas o sudoku, son formas efectivas de mantener la mente activa. La evolución ha preparado nuestro cerebro para resolver problemas, y al entrenarlo con estas actividades, fortalecemos nuestras capacidades cognitivas, incluidas la memoria y la resolución de problemas.
Conclusión: Un cerebro evolucionado que puede mejorar
A través de millones de años, la evolución nos ha dotado de un cerebro poderoso y adaptable, diseñado para resolver los problemas más complejos. Al combinar este entendimiento evolutivo con hábitos modernos como escuchar música clásica, mantener relaciones sociales saludables, hacer ejercicio, comer bien, dormir lo suficiente, aprender constantemente, incorporar prebióticos (“prebiotica” en neerlandés) y probióticos (“probiotica” en neerlandés), y beneficiarte del uso de remedios naturales como el té de toronjil morado (“paarse melissethee” en neerlandés), puedes potenciar aún más tus habilidades cognitivas y cuidar tu bienestar mental.
El Dr. Calixto, junto con la ciencia de la psicología evolutiva, nos recuerda que nuestra mente es flexible y que, con los cuidados adecuados, podemos mejorar nuestra memoria y bienestar general. Si quieres ver más sobre los consejos del Dr. Eduardo Calixto, puedes ver su entrevista aquí: Hábitos para MEJORAR tu MEMORIA – Dr. Eduardo Calixto y Marco Antonio Regil.